Ignorarlo, ningunearlo, no prestar atención ni a su persona ni a sus actos u opiniones, no tenerlo en cuenta para nada. La locución deriva del abuso del pito por parte de los serenos ante cualquier tontería por la noche. Los vecinos terminaron por no hacerles caso cuando hacían sonar su silbato. Sí prestaban atención algunos cuando decían: "Las doce y sereno" o bien "las cinco y nevando", cuando estaban calentitos en la cama.
"Ninguno me hizo caso. Me tomaron todos por el pito un sereno"